Cuentas claras, conservan...
- Thomas -
No sabía que quería hacer con esa mujer que aún estaba sentada en mi auto sin querer salir, llevaba cerca de cinco minutos de pie frente a la puerta y ella no hacía ni mella de querer bajarse, estaba furioso, preocupado y tenso por lo que había pasado en estas qué ¿dos horas?
Me había enterado que era padre, mi mamá y mi hermana lo sabían y la mujer frente a mí me miraba con miedo y ya quería matarla lentamente...
¿Sería posible eso? la elimino de todo y san se acabó «¿Es en serio Thomas Scott?, mírala tan linda que se ve enojada» ya cállate conciencia, se te ocurre aparecer en los peores momentos...
-¿Qué mierda hice para merecer esto? -bufo molesto-. ¿Puedes bajarte?, por favor.
-Así sí...
¡Esta mujer! Se soltó el cinturón de seguridad y como toda una diva se bajó del auto para quedar frente a mí, me miró desafiante y debo de ser honesto, me derretí.«la amabilidad te faltaba, tonto»
-¡Maldición!
- Por favor y gracias son palabras de poder. -caminó hacia los ascensores