Las palabras de Helena dejaron a Celia con la boca entreabierta, congelada en plena transmisión. El estudio, por un instante, pareció quedarse sin aire.
Se tomó unos segundos de silencio. Luego levantó la vista, aún sin recuperar del todo su compostura, y sonrió con una mezcla de respeto y desconcierto.
—Estoy segura de que conmoviste a muchas mujeres hoy, Helena, incluyéndome —expresó, con un nudo en la garganta—. Y si me disculpas, hay una pregunta que yo misma quiero hacerte. ¿Alguna vez Diana intentó disculparse o justificar lo que hizo? Hay una pequeña cantidad de seguidores que todavía creen en ella.
Helena bajó la cabeza, como si le hubieran hecho una pregunta que estaba por terminar de hundir a Diana bajo la tierra.
Ella recordó cada vez que Diana la trató con maldad, sin una pizca de remordimientos. Quiso que Helena fuera vista como la villana de la historia, pero el karma le llegó.
Inhaló hondo, no tenía por qué preocuparse por alguien sin corazón.
—La verdad es que no