Nicolás se quedó a solas con Amanda, quien lo veía con cierta picardía. La pelirroja se apoyó sobre el escritorio, buscando presionar sus pechos para verse más atractiva.
Pero el CEO ni se interesó en ver sus dos melones.
—¿Entonces? ¿Ya lo has pensado? —interrogó ella, con una voz sensual que hizo suspirar a Nicolás—. Porque mi propuesta es la mejor que te han hecho, estoy segura.
—Amanda, te recuerdo que ya tengo pareja, y es justamente la mujer que acaba de hablar conmigo —informó, sin ánimos de continuar la conversación.
Amanda no se iba a rendir. Nicolás tenía que casarse con ella sí o sí, porque eso le aseguraría su futuro como modelo.
—Puede que los demás te crean, pero yo no. Tu supuesta relación con esa mujer es una mentira —comentó, segura de sí misma—. Lo estás haciendo para alejar las críticas y aumentar tu popularidad porque tu hermano se va a casar y está en boca de todos. El mundo te ha ignorado por no tener pareja, y ahora pretendes darle justo lo que quieren…
La