Capítulo 118: Dos rayas

Nicolás estaba de pie frente a la puerta del baño, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, tratando de no dejar que la preocupación lo dominara. Era la primera vez que Helena salía corriendo así.

Había pasado más tiempo de lo que esperaba, y el silencio del lugar solo hacía que cada segundo pesara más.

Cuando finalmente la puerta se abrió, Helena salió despacio. Su rostro estaba pálido, tenía los labios sin color, y una mano temblorosa se apoyaba en la pared como si el mundo se le hubiera vuelto inestable.

Nicolás dio un paso al frente de inmediato para ayudarla.

—Helena… —dijo en voz baja, un poco alarmado—. ¿Qué pasó? ¿Acabas de vomitar?

Ella levantó la mirada, intentando sonreír, pero no logró sostenerla. Nicolás iba a saber la verdad.

—Estoy un poco mareada —murmuró, sujetando las manos de Nicolás para no caer—. El risotto… al final me sabía amargo. Me dieron ganas de vomitar. La comida fue asquerosa.

Helena arrugó la boca, recordando con detalle el sabor y la textur
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App