Capítulo 67. Una nueva oportunidad.
Capítulo 67. Una nueva oportunidad.
En el hospital siempre hay el mismo olor a desinfectante barato, a café recalentado y a sudor. Ya apenas si lo noto. Forma parte de mi vida, como las mochilas de los niños tiradas en la entrada o las peleas por el cepillo de dientes.
Entro por urgencias, saludo al guardia medio dormido y me pongo la bata blanca. Miro la lista de pacientes y respiro hondo. Va a ser un día largo.
—Buenos días, Aylin —escucho detrás de mí.
Me giro y ahí está Martín.
Él siempre aparece de la forma más natural posible, como si el no se cansara nunca. Lo conozco desde la facultad y, aunque nunca lo busqué, terminó siendo parte de mi rutina. Martín es de esos amigos que siempre están sonriendo y que además tienen una paciencia infinita.
—Hola, Martín —respondo mientras me ajusto la bata—. ¿Preparado para sobrevivir a otro turno eterno?
—Contigo hasta lo eterno se aguanta —contesta, medio en broma, medio en serio.
Finjo que no lo escuchó del todo y sigo