Capítulo 157. Epílogo.
Capítulo 157.
Narrador omnisciente:
El amanecer tiñó la manada con tonos suaves de oro y azul. Aylin apoyó los codos sobre la barandilla de piedra del balcón que daba al río y respiró profundamente. El aire fresco, mezclado con el aroma de los pinos y la hierba húmeda, le recordó la paz que, después de tantos años, finalmente habían alcanzado. A su lado, Alaric permanecía en silencio, observando el horizonte, la misma expresión serena que había aprendido a reconocer como la suya propia.
—¿Sabes, Alaric? —dijo Aylin, rompiendo el silencio—. A veces todavía siento miedo de que todo esto es un sueño. Que en cualquier momento los portales… que el velo…
Alaric pasó un brazo por sus hombros, estrechándola levemente.
—Lo sé —dijo—. Yo también lo sentí durante años. Pero mira… —señaló el claro—. Todo está aquí. Nuestra manada, nuestra familia… nuestros hijos. Todo lo que temíamos perder, todavía vive.
Aylin sonrió, aunque sus ojos se llenaron de lágrimas. Pensó en Ian, convertido en un