Alina
Mi cuerpo está paralizado mientras veo a Lucian luchar contra los vampiros que hace un momento estaban a punto de acabar con mi vida. El shock del momento y la adrenalina que fluye a tope por mis venas impide que me desmaye en este preciso segundo.
Por un momento creí que este sería el fin de mi vida; y quizá así sea, porque no sé qué es peor; ser atacada por los vampiros, o enfrentarme a la furia de Lucian cuando termine de luchar contra ellos; si es que sobrevive.
Una pequeñísima parte de mí desearía que no lo hiciera, así me libraría de la atadura que nos une debido a su terquedad.
Ni siquiera sé cómo es que llegué a este punto.
Por mi mente pasan los momentos previos a este encuentro, como si de una película se tratase. Y es que todo ocurrió tan rápido que no he podido ni procesarlo.
A los diez minutos de que Lucian me había dejado en la celda, Sorin apareció con una pequeña vela y me abrió la puerta.
—Niña, salga de ahí, se va a congelar de frío —me dijo.
Le hice caso porqu