REY DE OROS. CAPÍTULO 47. Al borde de un abismo
REY DE OROS. CAPÍTULO 47. Al borde de un abismo
Damian se quedó inmóvil, pegado a la puerta, con los oídos tensos como antenas de hormiga.
—Tienes que hacer lo que sea para que esa prueba de paternidad salga positiva con Alaric, tiene que creer que Damian es suyo —decía Alana, con ese tono suyo entre desesperado y mandón que solía helarle la sangre a cualquiera—. ¡Esa es la única forma de sacarle dinero!
Damian contuvo la respiración, sintiendo como si de pronto el piso se inclinara bajo sus pies y lo empujara a un vacío incómodo.
—¿Ni siquiera te molesta no saber de quién es el padre de tu hijo? —preguntó Stefan Thorne, con una risa que no tenía nada de graciosa, como quien se burla de un chiste malo contado por él mismo.
Alana soltó un bufido, como si esa pregunta fuera una pérdida de tiempo.
—Solo hay tres posibilidades y yo elijo al que tiene dinero. Lo demás no importa. Me da igual de quién sea Damian, seamos sinceros: no me ganó el amor maternal, lo tuve porque ustedes tenían un