CAPÍTULO 45. Una demanda y un heredero
CAPÍTULO 45. Una demanda y un heredero
La atmósfera en la sala de juntas estaba cargada de tensión. El aire, aunque fresco por el sistema de ventilación, se sentía denso, espeso, como si las palabras no dichas se acumularan en cada rincón. Rowan miraba a todos desde su silla de ruedas con la misma determinación con la que siempre había dominado cualquier espacio. Sus ojos, helados y agudos, se clavaban en cada uno de los presentes, porque estaba completamente seguro de que alguno se habría dejado seducir por Ottavio.
Los murmullos se apagaron de un momento a otro y en efecto, solo uno de los inversionistas más jóvenes se atrevió a dirigirse a él.
—Señor Harrelson —dijo con voz nasal—. No es por faltarle al respeto, pero no podemos negar que es muy arriesgado que algo le pase a usted y que la empresa enfrente una crisis.
Rowan levantó una ceja, ladeando ligeramente la cabeza, y su voz fue seca y cortante.
—¿Y por qué me pasaría algo? —preguntó con frialdad—. ¿O es que ya planearon ases