CAPÍTULO 14. Sueños y agua bendita
CAPÍTULO 14. Sueños y agua bendita
Raven estiró la mano y apoyó los dedos sobre su abdomen. Lo tenía duro como un pedazo de mármol y más definido de lo que cualquiera podría imaginar. Deslizó los dedos despacio sobre su piel, contando en voz baja.
—Uno… dos… tres…
Llegó hasta el quinto “cuadrito” y se desperezó mentalmente porque estaba a punto de babear. ¡Si es que era imposible no hacerlo! Si eso estaba así… ¿cómo sería lo demás?
Pero antes de que pudiera deleitarse la vista y la curiosidad con “todo lo demás”, la voz profunda de Rowan la sobresaltó.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó él abriendo los ojos de pronto y la vio ponerse colorada hasta la raíz del cabello.
—¡Joder, qué susto! —exclamó ella dando un salto y retirando la mano como si él le hubiera prendido fuego, y por supuesto soltó el elástico de su pantalón, que hizo un ruido seco contra su piel—. ¡Lo siento! ¡Lo siento, solo estaba…! ¡Te juro que no vi nada! —trató de defenderse al mismo tiempo que lo consolaba, ¡pero ni c