-¡DEBERÍAS ESTAR MUERTO, INFELIZ!- Caleb no dejaba de gritarle mientras trataban de separarlo- ¡LLAMARE A LA POLICÍA!
Cuando lograron que se separara de él, se lo llevaron a un cuarto, mientras que atendían las heridas del otro.
-¿Se encuentra bien, señor?- le pregunto Ezequiel dándole un vaso con agua.
-Si, posiblemente me confundió con otra persona, Maddie me invitó, sólo que no pude asistir a la ceremonia religiosa.
Voltee a ver a Sara, también estaba agitada, me acerque a ella y empezó a negar con la cabeza.
-Anna, llama al oficial Philip, es ese maldito.
-Sara, no es él- le conteste de la forma más tranquila posible.
-¿Qué te pasa? ¿Estas ciega?- alzó la voz- es ese idiota, ¿Ya no recuerdas el infierno que te hizo pasar?
-Tú más que nadie sabe todo el desprecio que tengo hacía ese ser- le conteste de la misma forma- él trabaja para la compañía, por eso Ezequiel y Maddie los