Cuando Anna salió de la habitación, me llevaron a mi a la camioneta, verificaron que las esposas estuvieran bien, para que no intentara escapar.
Al llegar al penal, me volvieron a revisar como los últimos días, pero la diferencia fue que ahora si me llevaron a mi celda, no ese cuarto apestoso con todos los demás reos que apenas van a ingresar.
-Este blanquito es mío- escuche a uno de los reos que estaban en la reja, lo voltee a ver y me reí.
Los guardias me quitaron las esposas y me metieron a mi celda, me senté en la cama de abajo y suspire, ahora me toco solo. ¿Cómo estará mi amigo Kevin? Lastima que no encontrare a un compañero de celda tan amable como él.
Me acosté en mi cama y me puse a pensar en mi querida Ann.
Yo se que me ama, lo puedo ver en sus ojos, y algo también me dice que va a tener a ese niño,