Todo estaba oscuro. No podía ver nada. No sabía qué estaba pasando. Tampoco podía moverme… pero podía escuchar voces.

Sentía algo extraño conectado a mi brazo y a mi rostro. Eran incómodos. Fríos. Invasivos.

—Bien, veamos… retoño 7045. Según la fecha, ya está listo para la cosecha. Preparen todo para extraer sus órganos, carne y huesos. Llévenlo al cuarto de extracción.

No entendía qué ocurría, pero algo no estaba bien. Tenía miedo.

Mientras me llevaban, escuché la voz de una mujer:

—Bienvenidos al Centro de Investigación Genética. Acompáñenme a ver las instalaciones. No se preocupen… todos aquí están completamente inconscientes. Desde su llegada hasta el día de la cosecha… no sienten nada.

Yo… acababa de despertar. Apenas había obtenido conciencia.

Minutos después, escuché gritos. Gritos de dolor. De desesperación. Suplicaban que los mataran. Suplicaban que se detuvieran.

—Bienvenidos al área de experimentación. No se preocupen por ellos. Son criminales que están pagando por sus pecad