Cap. 28 Tarjeta falsa.
—Ah, bien por ti —dijo María—. Pero estaba preocupada. Creo que ya es hora de que tengas un teléfono. Cuando llegue Mario, le diré que te compre uno. Al menos uno que sirva para llamarnos y avisarnos de que llegaras algo tardé.
María fue a la cocina.
—Pondré a calentar la comida. Tendrás que esperar unos minutos. Mientras tanto, puedes aprovechar para cambiarte.
—Está bien —dijo Ino sonriendo.
Ino subió a su cuarto. Lo primero que hizo fue sacar el pequeño táper donde guardaba la araña dorada. La observó con atención. Era más linda de lo que esperaba, como si estuviera hecha de oro puro.
La sostuvo entre sus manos.
—Lo siento… pero necesito tu habilidad para crear seda dorada.
Sin dudar, se la comió. Luego fue al vestuario portátil que estaba junto al ropero para cambiarse. Los cuartos de Ino y María no eran grandes, así que Mario había comprado vestuarios portátiles después de un incidente incómodo con María. Cuando Ino llegó, compró otro.
Mientras se cambiaba, algo le pareció extraño