ESA HABITACIÓN.
—¿Qué más viste? —la criada negó muy nerviosa.
—Solo eso señora… nadie entra a esa habitación que está resguardada por guardias. Las enfermeras y el médico son los únicos que entran durante el día. Incluso la señora Rania estuvo todo el día afuera, y por más que estuvo allí de pie, no le permitieron ver a su hijo. Luego Mahir le dijo que debía volver a la habitación…
—¿Volvió a la habitación de Hakim? —Yassira pareció prenderse y la criada asintió—. ¿Dónde tiene la cabeza este hombre?
—Ella se fue y ya muy de noche, el Emir entró a la habitación…
Yassira apretó su mandíbula y se levantó de su puesto.
—¿Y esta mañana?
—Los vi salir… ambos iban de la mano, y el Emir la llevaba hacia la habitación del príncipe Omar… ambos entraron en ella.
Yassira soltó el aliento y negó.
—Vete… y busca a Adilá… dile que me urge verla. Que estaré al medio día en el salón.
La criada le hizo una reverencia, y Yassira tomó su propio cuello con rabia.
No entendía mucho, ni menos a