CAPÍTULO 18
ES EL BEBÉ.

Después de la cena, Rania decidió retirarse a sus aposentos, pero antes de llegar, fue interceptada por Hadara, aunque ella literalmente estaba corriendo.

—Rania… —la mujer parecía un poco agitada, y ella cerró los ojos cuando se detuvo—. Parece que estás huyendo de tu propia madre.

Rania se giró de forma lenta.

—He estado un poco ocupada… madre…

Hadara frunció el ceño y achicó los ojos.

—¿Estás bien? —tomó su brazo—. Vamos a un lugar más privado.

Rania se dejó meter a un saloncillo antes de entrar a los pasillos que iban a dirigirla a sus aposentos, y pensó que podía hacer para que la madre de Rania no la descubriera.

—Eres más valiente de lo que pensaba. Expulsar a Adilá no es algo que cualquiera se atrevería a hacer, ella siempre se ha creído superior.

—Eso lo sé… —dijo, y rezó porque Hakim no se enojará por dicho acto—. Madre, realmente estoy cansada…

—Parece que pasaron años desde que no hablamos, no aceptas mis visitas, y… estás muy extraña. Casi te pierdo e
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