REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 14. Medias horas de placer
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 14. Medias horas de placer
Las palabras salen de mi boca sin que pueda evitarlo. Es cierto que me tiene estudiada, pero no es el único que ha aprendido a evaluar quien tiene enfrente.
—¿Medias horas de placer? ¿Eso es todo lo que aguanta, señor St Jhon? —pregunto mirándolo a los ojos y veo cómo se pone colorado y abre la boca para responderme, pero no le doy tiempo.
Me levanto de mi silla y camino alrededor de mi escritorio para quedar frente a él, mientras acaricio su corbata con un gesto sugerente.
—Porque si es así, me parece que el problema aquí no es financiero. —Me mira con una mezcla de furia y algo más que no puede disimular, pero eso solo me hace sentir más en control. Él puede creerse un rey, pero hasta los reyes tienen puntos débiles—. Yo no te obligué a invertir, estúpido malcriado —siseo y sus pupilas se dilatan—. Tú cruzaste esa puerta. Tú viniste aquí. Tú ofertaste lo que quisiste y solito te pusiste la soga al cuello. Pero si lo que estabas bus