REINA DEL MAR. CAPÍTULO 54. Desesperación
REINA DEL MAR. CAPÍTULO 54. Desesperación
REN
Han pasado seis meses.
Seis malditos meses desde que Ruby me dejó parado en ese muelle como un idiota. Desde entonces no soy ni sombra de lo que fui, no hay otras palabras. No entreno, no salgo, apenas como lo justo para seguir en pie. Me levanto todos los días con una sola rutina: ir al trabajo en las mañanas, y remodelar la casa que compramos juntos en la noche.
Aquí deberíamos estar los dos, esperando a nuestro bebé… pero está vacía ahora, llena de herramientas y polvo. Y aun así me obligo a terminarla, ladrillo por ladrillo, cable por cable.
—No tienes que hacerlo tú mismo —me dice el abuelo un día, apareciendo en la entrada con ese paso lento y el bastón golpeando el suelo como metrónomo de otra vida.
—Es la única forma —le respondo sin mirarlo—. Si no me canso con todo esto no podré dormir.
—A cerrar los ojos un par de horas no se le puede llamar “dormir”, muchacho —me regaña, pero ya hasta sus regaños son inútiles.
El abuelo camina