REINA DE HIELO. CAPÍTULO 85. Un mar de culpa
REINA DE HIELO. CAPÍTULO 85. Un mar de culpa
No sé cómo explicarlo, pero el cuerpo se me hiela cuando veo la sangre en el suelo. No estoy preparada para lo que hay dentro de la habitación, pero entro igual, como si alguien más moviera mis piernas.
Y ahí está él: Viktor; tirado en el suelo, pálido como el mármol, ensangrentado, con los labios temblorosos y los ojos apenas abiertos, como si la vida se le estuviera escapando por los poros.
—¡Viktor! —grito, corriendo hacia él, y caigo de rodillas a su lado.
No sé dónde poner las manos. Hay sangre por todas partes. Su camisa está empapada, rota, y tiene heridas profundas. El brazo izquierdo cuelga como si no le perteneciera, y hay un corte horrible en el estómago.
—Dios, no… no… —balbuceo mientras trato de apretar la herida con mis manos—. ¡Quédate conmigo! ¿me oyes?
Y un segundo después alguien me arranca de ahí.
—¡Nooooo!
—¡Cállate, déjalo trabajar! —me silencia mi padre mientras me envuelve en un abrazo y veo que Ren y Viggo se gritan