REINA DE HIELO. CAPÍTULO 56. La mitad de la historia
REINA DE HIELO. CAPÍTULO 56. La mitad de la historia
Viktor aprieta la mandíbula y se adelanta.
—Ya patenté el motor, Alma —dice con fiereza, como si no hubiera enterrado mi confianza con esa frase—. No puedes llevártelo. No puedes seguir adelante con él a menos que sea aquí —asegura—. Si regresas al proyecto...
—No, gracias. —Mi pecho se aprieta, pero mantengo la compostura, al menos por fuera—. Y no necesito llevármelo, Viktor —le digo, casi con una sonrisa—. ¿Recuerdas que Nils pasó años tratando de descubrir cómo podía funcionar? Tesoro, si no pudo con las fórmulas de mi padre, ¿crees que podrá con las mías, quince años después?
—¡El prototipo del motor está funcionando! —dice en voz alta y la gente que pasa por los corredores adyacentes empiezan a detenerse para averiguar qué sucede—. ¡El motor funciona!
—¡Porque yo lo permito! —espeto con rabia; y entonces, con la mirada clavada en la suya, le suelto la verdad—. Te quise, pero querer y ser tonta son dos cosas muy distintas. Jamá