REINA DE HIELO. CAPITULO 62. Una mujer cruel y vengativa

—¿No crees que estás siendo demasiado orgullosa como para admitirlo? —Su voz me crispa sinque pueda evitarlo.

Lo siento como si fuera una sombra que no se decide entre quedarse o desaparecer. El reflejo de la ciudad se cuela por el ventanal detrás de él, como si todo estuviera puesto para una escena dramática. Me río por lo bajo, no tiene ni idea de lo ridículo que suena.

—No, Viktor. Orgullosa no. Te sorprendería lo bien que admito mis errores, porque quien no los reconoce no aprende nada. ¿Tú sí aprendiste?

Él aprieta la mandíbula. No me responde y sé por qué: porque no quiere decirlo en voz alta, porque su orgullo sí le impide asumir que me falló, que me traicionó, que se dejó manipular por un perdedor como Lars. Por todos.

—¿Entonces yo fui un error? —Su tono suena como una cuerda tensa a punto de romperse.

Apoyo los codos en la mesa y lo miro directo a los ojos.

—El peor de mi vida —admito y lo dejo caer como si no me dolie