CAPÍTULO 77. Antes de que la sangre se seque
CAPÍTULO 77. Antes de que la sangre se seque
El olor a hospital me golpea tan pronto como entramos por las puertas. Ese aire pesado, a medio camino entre lo clínico y lo desagradable, se me mete por las fosas nasales despertándome los peores recuerdos, pero intento ignorarlo. Estoy demasiado preocupada por Ruby para que algo tan trivial me distraiga. Me doy cuenta de que mis manos están temblando ligeramente, aunque trato de mantener la calma. Viggo está a mi lado, tratando de mantenerme tranquila en medio de la pesadilla.
Cuando por fin nos dicen dónde encontrarla, veo a Verónica esperando junto a la entrada uno de los quirófanos, su rostro está tenso por la preocupación, y sus ojos oscuros por el estrés de la situación. Llego a ella y la abrazo, pero antes de que pueda preguntarle algo, escuchamos un escándalo proveniente de un pasillo cercano.
La voz de Ren, esa que normalmente es tan controlada, ahora suena como la de un animal rabioso. La puerta de una habitación se abre de golpe