Mundo ficciónIniciar sesiónLa carretera se extendía como una cicatriz gris bajo el sol del mediodía, serpenteando entre colinas que parecían ondular hacia el infinito. El motor del sedán negro ronroneaba con un ritmo constante que contrastaba con el silencio tenso del interior. Danna permanecía inmóvil en el asiento trasero, su cuerpo acurrucado contra el pecho de Liam, aunque su mirada vacía se perdía más allá del cristal empañado de la ventanilla.
Tres horas habían transcurrido desde el rescate. Tres horas de silencio absoluto por parte de ella, como si las palabras hubieran quedado enterradas en los túneles húmedos de la mansión Vidal. Liam la rodeaba con sus brazos, protector pero cauteloso, consciente de que algo más que el cautiverio había quebrado a la mujer que amaba. Sus dedos acariciaban mecánicamente el cabello castaño de Danna, pero ella no respondía al







