Mundo ficciónIniciar sesiónValentina había aprendido a leer las señales en los gestos de su suegro durante los quince años que llevaba casada con Stephano. La forma en que se acomodaba los gemelos de oro cuando tomaba decisiones importantes. El modo en que tamborileaba los dedos contra el escritorio cuando planificaba algo que requería precisión. Esta mañana, Don Vidal exhibía ambos comportamientos mientras observaba por la ventana del estudio hacia los jardines donde Danna caminaba con pasos medidos, una mano apoyada sobre el vientre que ya comenzaba a redondearse.
—Esta noche tendremos cena familiar —anunció sin voltear a mirarla, como si estuviera comentando el clima.
Valentina sintió que el estómago se le contraía. Las cenas familiares de los Vidal no eran reuniones casuales. Eran exhibiciones de poder, demostraciones de jerarquía donde cada invitado sabía exactamente cuál era su lug







