capítulo La oportunidad

Nicolas seguía enviando flores, a diario, haciendo que mis mañanas estuvieran siempre felices.

Una tarde estaba terminando mi turno en la panadería, cuando la ex de Nicolas entró muy tomada a el local, enseguida mi cuerpo se herizo y no era porque le tenía miedo, para nada, sino que estaba segura que iba a formarse un enorme problema.

La mujer se llamaba Sofia, estudio en nuestra universidad, pero no la misma carrera, ella había estudiado medicina, graduandose con honores y de muy buena familia, o eso decían los chismes de pasillos, en aquel entonces.

Mis compañeras intentaron atenderla, pero ella sabía que yo estaba allí, así que me busco, hasta que me encontró, la enfrente, pero para ser sincera me dio pena su estado incluso llegué a preguntarme ¿que le había sucedido?

—Tú, eres una plaga que hay que exterminar, me haz robado el amor de Nicolas, te le metiste por los ojos, revolcándote con el, no puedo ver que tengas de bueno, que no tenga yo, soy mejor mujer que tu.

Esta mujer no estaba en sus cabales, se notaba que tenía un toque, o algo parecido, pero esto no me impidió contestarle y defenderme, nada justificaba sus insultos, así que abrí mi enorme boca, empeorando las cosas.

—Por si no te diste cuenta, la novia de Nicolas era yo, fuiste tu quien se interpuso con su carita de mosca muerta, así que no vengas a reclamar eso a mi, te pido de buenas maneras que por favor salgas del lugar, o al menos que vengas a comprar pan, con gusto las chicas te atenderán.

Ella me miró con odio y luego saco un arma, apuntando me, mi cuerpo quedó estático, estaba paralizada, presa del miedo, esta mujer estaba loca, ya lo había confirmado, todo el mundo salió corriendo de la panadería, incluyendo la dueña, solo nos quedamos nosotras solas, hasta que Nicolas llegó, intentado calmarla pero la mujer estaba fuera de sí.

Su arma se disparo entrando a mi pecho, mis oídos se ensordecieron, lo último que vi fue a Nicolas gritar mi nombre mientras corría hacia mi.

Cuando me desperté estaba en el hospital, con un enorme bendaje en mi pecho, él estaba a mi lado.

No sabía cuantas veces me pidió perdón, por lo acontecido, pero sabía que no era su culpa, así que lo dejé estar, lo perdone, eso ya se los había contado.

Los días pasaron y el me cuido de la mejor manera posible, Sofia fue imputada, pero estaba enferma, así que su condena la cumpliría en una clínica para locos, así lo llamaba Nicolas, a pesar de tener dinero era bastante divertido hablar con el, al menos así era conmigo.

No pude seguir trabajando en la panadería, la jefa me consideraba alto riesgo, así que no me permitió volver, pero se lo agradecía enormemente, puesto que eso me obligó a buscar un trabajo de acorde a mi profesión, Nicolas me ofreció un trabajo en sus empresas, primero quería rechazarlo y buscar algo por mis propios méritos, pero luego recordé las palabras de mi tío, y decidí aceptarlo.

Rápidamente me adapte al ritmo de la empresa, haciendo varios amigos, pero todos sabían que era la novia del jefe, puesto que el. Se había encargado de decirlo por todos los departamentos, muchos me preguntaban ¿como podía ser su novia?

Resulta que mi amado Nicolas era un monstruo en la oficina, había cambiado de secretaria unas veinte veces en el año, nadie le duraba dos semanas, por suerte no era su secretaria.

El no dejaba de enviarme las rosas, su familia no estaba contenta con mi trabajo, ni el hecho de que yo fuera nuevamente su novia, así que por ese lado, estaba perdida, pero me importaba muy poco.

Una mañana entre a las instalaciones de las empresa Maxel y no pude creer lo que estaban viendo mis lindos ojos, el lobby estaba cubierto por unos trescientos o mil ramos de rosas, en el suelo estaban exparcido muchas rosas, todos los empleados estaban observando la escena, pero mi cuerpo comenzó a temblar cuando lo vi, estaba parado en medio de todo ese calor rojo, lucía un traje nuevo y de diseñador.

Me acerque a él caminando un poco nerviosa, gracias al cielo, había decidió colocarme mi hermoso vestido blanco de pedrería y cuello transparente, llevaba unas hermosas zapatillas del mismo color, una cartera a juego, mi larga cabellera iba recogida en un moño alto, maquille mi cara de manera tierna y ligera, no estaba acostumbrada a maquillarme.

Cuando estuve lo bastante cerca, lo vi colocar una de sus rodillas en el sueño, empecé a temblar ¿en serio iba a pedirme matrimonio?

—Mi querida. Monica, se que este fue nuestro plan desde niños, aunque lo dañe por un tiempo, por suerte pude enmendar las cosas, así que por eso estoy aquí, arrodillado en medio de la sede principal de mi empresa, delante de mis empleados, y con esta caja en las manos, quiero compartir el resto de mi vida contigo, te amo desde siempre, incluso antes de que nacierass, ya yo estaba esperándote, y aunque el mundo entero se oponga, quiero que sepas que nunca había estado tan seguro de una decisión, como esta, no me arrepentiria nunca, ni después de muerto, y aunque a veces la vida se empeña en hacernos cometer errores, siempre buscaré la manera de enmendarlo, Monica, quieres hacerme el honor de ser mi esposa, ¿quieres casarte conmigo?

Mis lágrimas corrían sin parar, siempre tenía presente las palabras de mi tío, a mi mente viene la imagen de mi madre y mi padre, seguro estaban muy felices por mi donde quiera que estén esto era lo que siempre había querido, lo amaba enormemente, así que sabía perfectamente cuál era la respuesta.

—Si, si quiero casarme contigo.

Corro a sus brazos y el me abraza con un cariño inigualable, me amaba, estaba segura de eso, coloca el anillo en mi dedo y todos mis compañeros comienza aplaudir y a gritar, este era uno de los días más felices de mi vida.

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