Capítulo Los Años

Luego de aquel encontronazo con la madre de Nicolas, el me había enviado un hermoso arreglo como todos los días, luego llego a mi casa.

Hablamos durante horas, para resolver nuestra situación, desde el primero momento le había pedido suspender el matrimonio, pero se había negado, arrodilladose para que nos casaramos, esto me hizo recordar aquella vez que le supliqué de rodillas que no me dejara, no me alegraba de la situación, pero si me entraba un fresquito.

Luego de largas platicas, donde me enteré que el no sabía del amorío de su madre, decidimos seguir, la boda sería en dos meses.

Los días pasaron de forma rápida, así que tuve que aceptar la ayuda de su madre, solo nos hablábamos para cosas referente a la boda, no quería ser su amiga, ni nada por el estilo, ella tampoco quería que tomáramos el te, así que estábamos igual.

Nuestra boda fue maravillosa, nos casamos por civil, y luego por la iglesia, nuestros padrinos fueron compañeros de la empresa, un amigo de Nicolas y mi secretaria, nos habíamos hecho amigas, así que se lo pedí, al principio quedó asombrada, pero luego acepto gustosa.

La recepción fue para unos mil invitados, todos del mundo empresarial y la lujosa familia Maxel, al principio me sentí nerviosa, no tenía quien me entregará en el altar, pero para mi sorpresa fue el padre de Nicolas quien lo hizo.

No dijo ni una sola palabra, hasta llegar a la mitad del pasillo, dejándome imorecionada.

—Quiero que sepas que estoy feliz porque mi hijo se case contigo, aunque no lo afirme delante de todos, eres una buena elección, siento mucho todo el sufrimiento que ocaciono mi esposa a ti y a tu madre, no tenía ni idea, de verdad lo lamento, si quieres algún día mi ayuda, solo tienes que buscarme.

Después de escucharlo me entraron un montón de dudas, quería salir corriendo, las lágrimas corrían por mis mejillas, pero justo cuando levanto mi cara, lo vi.

Nicolas estaba llorando, tenía una enorme sonrisa en su bello rostros, y se nota a bastante nervioso, después de verlo así, me había decidido a estar a su lado, en la salud y en la eternidad, en lo bueno y lo malo.

La ceremonia fue maravillosa y hermosa, la bruja madre de Nicolas lloro desconsolada, su pequeño bebe se estaba casando, con la peor mujer del mundo, palabras textuales de mi suegra.

Bailamos muchísimo, y me divertir bastante, no me había equivocado cuando dije aquel si, delante de Dios.

Nuestra luna de miel fue alrededor del mundo, conocí países que solo había visto en películas, como por ejemplo la India, Dubai, Brasil, Venezuela y Portugal.

La pasamos genial, el no paro de amarme en ningún momento, nuestra primera noche justo s fue en Brasil, específicamente en Río de Janeiro, me había hecho mujer, convirtiéndose en mi primer hombre y esperaba que el único.

Fui aprendiendo a satisfacerlo con el pasar de los días, me gustaba mucho estar con él, siempre buscaba mantener la chispa y hacerlo divertido, el disfrutaba y yo tambien

Regresamos de nuestra luna de miel, más enamorados que nunca.

Nicolas compró una hermosa casa, la cual decore a mi antojo, parecía un niño con juguete nuevo.

Los años iban pasando y jamás dejó de enviarme flores, todos los días sin parar recibía un hermoso ramo, incluso cuando el estaba en casa, no se, en que momento preparaba todo, pero siempre me sorprendía.

Ambos estábamos surgiendo como empresarios, el era el líder en los negocios le llamaban la roca, porque era duro de roer, acordamos no tener niños por ahora, esperaríamos tener un poco más de estabilidad y tiempo, ni el quería truncar mis sueños, ni yo los suyos.

A veces discutíamos por tonterías, pero era más los ratos felices, que los molestos, la vida me había devuelto cada sufrimiento, convertido en felicidad.

Hoy era juestro aniversario número ocho y como siempre un hermoso ramo llegaba a mi puerta, pero esta vez venía con un enorme sobre blanco, acompañado de un moño dorado, recibí el regalo y me senté en el sueldo de la sala, que por cierto era enorme.

Luego de hacer maromas para no dañar nada, pude abrir el sobre, sacando dos fotos de un hermoso paisaje, era Hawaii, tomé el papel y lo leí detenidamente.

Querida, amada, adorada y sensual esposa, felicidades por nuestro Aniversario número ocho, tenemos tres mil novecientos veinte días, siendo marido y mujer, déjame decirte que son los mejores años de mi vida, cada día que pasa me siento más vivo y feliz a tu lado, si alguna vez muriera o mi memoria se durmiera, te juro que re recordaría con el simple hecho de escucharte repetir aquellos votos que dije para tí el día que nos casamos.

Debimos habernos casado en el kinder, tendríamos años de años juntos, pero no hay apuros, estoy feliz con esto que tenemos, eres la mujer más importante en mi vida, no le digas a mi madre, ya sabes como es.

Hoy aprovecho esta fecha tan importante, para invitarte a celebrar nuestro aniversario en aquel hermoso rincón del mundo, te espero dentro de dos horas en el aeropuerto con amor Tu esposo Nicolas.

Sonrió como loca y corro hacia mi habitación, recogiendo todo lo que necesitabamos.

Cuando llegue a el aeropuerto ya el me esperaba, así que lo abrace y nos adentramos en esta nueva aventura.

Pasamos días increíbles en esa hermosa isla, amándonos como dos adolescentes, ya tenía treinta y cinco años y el treinta y ocho, pero nos sentíamos de quince.

Todo estaba perfecto, hasta que en la mitad de nuestro viaje recibimos una llamada, resulta que habían estado robando en la empresa, Nicolas perdió los estribos y tuvimos que regresar.

Cuanto llegamos a nuestra ciudad, el manejaba como loco, estaba un poco nerviosa, así que decidí hablarle.

—Amor, por favor baja un poco la velocidad, ya estamos en la ciudad.

—Estoy furioso, me emputa que se burlen de mi, cuando descubra quién fue, pagará por eso.

—Está bien cariño, pero maneja con precaución, aún nos falta tener hijos—digo sonriendo.

—Con respecto a es, quiero que empecemos a buscarlos, es nuestro momento, claro, si tu quieres.

Estaba a punto de responder cuando una auto choca al nuestro a todo lo que daba, sentí mi cuerpo moverse de un lado al otros, los cristales esparcirse por todo el lugar.

Mi cuerpo voló fuera de auto, el cinturon se había roto, lo último que recuerdo ver, es la cara de Nicolas bañada en sangre, hasta aquí habías llegado, era oficial, habíamos muerto, de un golpe de esta magnitud nadie se salva.

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