Mundo ficciónIniciar sesiónLa Tierra me dio seis meses para convencer a ocho mil millones de personas de que podían gobernarse sin dioses, y comencé sin poder, sin ejército y sin idea de por dónde empezar.
La diosa primordial flotaba ante mí con esa expresión de entretenimiento cruel que había perfeccionado durante milenios de observar civilizaciones caer. Sus ojos contenían la frialdad del espacio profundo y la paciencia de quien había visto nacer y morir estrellas.
—Acepto tu desafío —anunció con voz que resonaba desde el centro de la tierra—. Pero tendré mis propias condiciones.
El aire del claro ceremonial se espesó, cargándose de una energía que hizo que cada célula de mi cuerpo mortal protestara. Las mil versiones de mí misma que me rodeaban se desvanecieron como humo, dejándome sola frente a la creadora de mundos.
—Tienes exact







