POV: Isabella / Clara
El espejo no miente.
Pero a veces no dice toda la verdad.
Clara Vargas me mira desde el otro lado del cristal con una expresión que no logro sostener. Sus labios están quietos. Sus ojos, apagados. Su piel impecable. Perfecta. Demasiado perfecta para ser real.
Yo estoy detrás.
O eso creo.
Deslizo mis dedos por el borde del lavamanos y me observo como si me estuviera estudiando. El baño es pequeño. Blanco. Ordenado. Silencioso. El tipo de lugar donde una mujer normal se prepara para un día normal.
Pero nada en mí es normal.
Lo repito en mi cabeza:
«Clara. Solo Clara.»
Respiro.
El aire entra. El aire sale.
No duele.
Eso es nuevo.
Desde que Sebastián me escribió esas dos palabras —*Está vivo*— algo se quebró en mi mente con una delicadeza peligrosa. No fue un estallido. No fue un llanto. Fue… una grieta silenciosa, que se desliza despacio entre los pensamientos.
Como una línea fina en un cristal que todavía no se rompe… pero ya nunca vuelve a ser el mismo.
Lo curioso