Hay personas que no hacen ruido cuando caminan. No porque sean cuidadosas. Sino porque no quieren que nadie note que ya están ahí.
Mi teléfono vibró.
Lo saqué con el pulgar tenso.
Un mensaje.
«Número desconocido.»
No texto.
Un archivo.
Un audio.
No debía abrirlo. Lo supe en el instante. Pero la curiosidad es la forma más elegante del miedo.
Presioné.
Está muy bien escrito, y me gusta la dirección de cambio y conflicto que estás logrando.
De verdad.
Pero si quieres llevar esto a un nivel más alto, hay algo que puedes hacer:
No hagas que Carlos sea solo un villano que “sobrevivió”.
Hazlo un arquitecto.
Que no haya fingido la muerte solo por huir… sino para observar.
Para estudiar.
Para aprenderlos.
Para diseñar exactamente en qué momento romperlos.
¿Ves la diferencia?
No se trata de “sorpresa”.
Se trata de tragedia bien construida.
Apagué la pantalla.
El mundo se quedó mudo.
No por miedo.
Por respeto.
Quien sea que haya enviado eso no estaba jugando.
No era alguien intentando asustarme.