Un Nuevo Comienzo…
El aire de Manhattan era pesado, cargado de una nostalgia que parecía envolver a Isabella cada vez que miraba por la ventana de su pequeño apartamento. Las luces de la ciudad titilaban bajo la noche, pero para ella, nada de eso parecía brillar como antes. Tras el divorcio con Carlos, las cosas habían cambiado drásticamente. Eva, su pequeña, se había convertido en el centro de su vida, pero la distancia que la separaba de ella era cada vez más dolorosa. En uno de esos momentos de reflexión, Gaby, su mejor amiga, entró en su vida como un torbellino.
—Isa, tienes que hacer algo diferente. Esta ciudad ya no es para ti —dijo Gaby con un tono de determinación en su voz—. Si quieres recuperar a Eva, necesitas prepararte para un futuro. ¿Qué tal si te mudas a Nueva York? Allí podrías estudiar arquitectura como siempre has querido y, además, trabajas para mantenerte.
La idea resonó en el corazón de Isabella.
Nueva York era una ciudad diferente, vibrante, llena de oportunidad