—Me imagino que estas preparada para tu gran fiesta de mañana, ¿verdad? —le pregunta el morocho a Aye, la cual la tiene sobre su regazo—. Digo, ¿si ese intento de cita no te dejo cansada? —ironiza mostrando, todavía su malestar por esa situación.
—Obvio que estoy preparada —responde—. Y no fue un intento de cita. Fue una gran cita —comenta elevando la barbilla.
—Sí, seguro —suspira Gaby.
—Déjala en paz —le reprende Lina a Gaby.
—Sí, señora —entona él—. ¿Puedes decirme que hicieron en esa grandiosa cita de ustedes? —le pregunta en un murmullo a la niña.
—¿Para qué quieres saber? —cuestiona.
—Curiosidad —murmura.
—¿Y por qué murmuras? —curiosea en voz baja igualando el tono de voz del joven.
—Niña lista —masculla—. ¿Vas a contarme o no?
—Fuimos al parque de diversiones, a comer hamburguesas y a tomar un helado. Tuvimos que llegar temprano porque mi papá le prometió una hora de llegada a mi mamá —dice esto último elevándose de hombros dejando ver que mucho esa parte no le gustó, pero no l