Luego de un minuto de absoluto silencio, el ministro retomó el discurso, llegando a la parte más importante de la ceremonia.
— Marcus Torres, ¿acepta usted a Alicia Beltrán como su legítima esposa?
— Sí, acepto. — Respondió Marcus, al tiempo que tomaba el bolígrafo que le ofreció el ministro y firmaba el acta.
— Acaso… ¿Acaso escuché bien? — Desde su asiento, Carolina arrugó el entrecejo. — ¿El ministro dijo Beltrán?
— Qué extraño… — Murmuró Mercedes, arrugando el entrecejo.
— Y usted, Alicia Beltrán, ¿acepta usted a Marcus Torres como su legítimo esposo?
Volvió a preguntar el ministro, ofreciéndole el bolígrafo a Carmen, lo que provocó que una fuerte ola de susurros se acrecentara, ambos novios miraron al público de reojo.
— No los escuches… — Susurró Marcus a Carmen, llamando su atención. — Solo firma y todo esto habrá acabado…
— ¡Esperen un momento! — Se levantó Carolina, incapaz de aguantarse más, al ver cómo todos los invitados susurraban y se reían. — ¿Qué clase de brom