Tras terminar de comer, Dimitri me llevó a mi apartamento. Yo abrí la puerta y me quedé en el marco mirándolo; él me miraba con seriedad.
— Gracias por traerme — le dije.
Él me acercó a su cuerpo.
— Tenemos algo pendiente, pero ya no será hoy — me dijo.
Se alejó de mí.
— No será nunca. Soy la mejor amiga de la esposa de Hayden; lo nuestro es prohibido — le dije.
Él empezó a reír.
— Hablas como una adolescente molesta — me dijo.
Lo miré mal.
— Mejor vete, no quiero llamar a seguridad — lo amenacé.
Asintió con la cabeza y se fue. Entré a mi apartamento y cerré la puerta con un portazo. Ese hombre era insufrible. Era tan injusto que fuera tan guapo.
Me quité los zapatos y la ropa, y fui hasta mi habitación. Me tiré en la cama y me quedé mirando el techo por un rato hasta que me dio sueño.
Al día siguiente llegué temprano a mi trabajo para encontrarme con una odiosa chica con la que estaba trabajando. La verdad es que me molestaba enormemente que me presionaran. Yo sabía cómo