Al día siguiente, Dimitri me levantó llenándome de besos. Yo lo quedé mirando y le sonreí, él se acercó más a mí y me dio un besito en los labios.
— ¿Por qué no te has ido aún? — le pregunté.
Él sonrió un poco. Era obvio que había dejado tirado a Hayden por el comentario de ayer.
— Hoy entramos más tarde — me contestó.
Yo lo miré sorprendida y me senté en la cama.
— Pensé que lo habías dejado tirado — le dije sinceramente.
— Estuve a punto de dejarlo, pero después recapacité — me dijo.
Yo lo quedé mirando aún más sorprendida.
— ¿Lo golpeaste? — le pregunté.
Dimitri no contestó nada pero sonrió. Yo puse los ojos en blanco. Dimitri era Dimitri, pobre Hayden.
— Discúlpate con él — le exigí.
Dimitri me quedó mirando y después empezó a reír.
— Estás loca, ahora levántate que el desayuno se va a enfriar — me dijo.
Él se bajó de la cama y salió de la habitación. Yo también me bajé y fui tras él.
— Hablo en serio, quiero que te disculpes, enséñale algo lindo a tu hijo — le dije.
Dimitri volvi