Llegué temprano al consultorio de mi hermana; ella, al verme, puso mala cara de inmediato. Yo le sonreí y me senté frente a ella.
— Quiero tener un bebé — le solté.
Bella se pasó la mano por la cara y después respiró profundamente.
— De todas las cosas que me has dicho, esta es la más estúpida — me dijo enojada.
— Primero me dices que yo ya debería tener un par de hijos, y ahora que te digo que quiero uno te enojas. ¿Qué carajo es lo que quieres entonces? ¿Que me case con un imbécil y ser infeliz? — le pregunté enojada.
— ¿Te imaginas lo vergonzoso que sería para ese niño decir que tiene una madre como tú? — me dijo.
Yo iba a gritarle, pero sabía que algo estaba mal con ella, la conocía demasiado bien.
— ¿Qué te pasa? — le pregunté.
Bella empezó a llorar. Yo me levanté de la silla y fui a ella, la abracé con fuerza.
— Barry no puede tener hijos, y te juro que yo lo quiero, pero quiero ser mamá — me dijo.
Yo me separé de ella y la miré a los ojos.
— Pueden adoptar, muchos n