En horas de la mañana, Kat estaba como si nada, y Hayden se veía feliz con el bebé en brazos, y yo… bueno, yo ni salud tenía, me sentía mal, desvelada, cansada. ¡Carajo, necesitaba un día de relajación!
— ¿No vas a trabajar? — me preguntó Kat.
Yo negué con la cabeza; había pedido el día libre.
— ¿Puedes quedarte con Ethan? Hayden se va, y yo estoy llamando a la niñera y no contesta — me dijo.
Yo le sonreí y asentí con la cabeza.
— No te preocupes, sé que se portará bien — le dije.
Kat me quedó mirando con el ceño fruncido.
— Mejor sigo llamando a la niñera; es que no quiero aprovecharme de ti — me dijo.
Yo la miré mal y me acerqué a Hayden; le quité al bebé de los brazos.
— No soy una inútil, y él es un bebé — le aclaré.
Hayden sonrió.
— Pues si tú quieres cuidarlo, yo no tengo problema — dijo él.
Yo miré a Kat.
— Hasta él tiene más confianza en mí — le recriminé.
Kat se cruzó de brazos.
— La tiene porque no te conoce bien, pero yo te conozco desde hace años — me recordó.
— Soy una ad