La oficina de André Bouchard en París era diferente a la de Madrid. Más austera, más oficial, con banderas francesas y españolas flanqueando su escritorio como recordatorio de que esto ya no era solo negocio de moda.
André revisó el testimonio de Valeria durante veinte minutos en silencio absoluto. Enzo estaba a su lado, Marcus al otro, todos esperando el veredicto.
—Esto es extenso. —André finalmente levantó la vista—. Y muy creíble. Con la evidencia que el señor Webb ha proporcionado, tengo suficiente para abrir investigación formal contra Giuliana y Bianca Santoro.
—¿Eso ayuda con París? —preguntó Valeria.
—Ayuda con mantenerlas lejos de la princesa. Lo cual era mi prioridad. Su desfile... eso es decisión de Pierre y la junta.
—Que se reúne en menos de una hora —añadió Marcus.
—Correcto. Y francamente, aunque puedo testificar que usted fue víctima de campaña criminal, no sé si será suficiente para revertir su cancelación. La familia real ya tomó posición. Cambiar eso requeriría... —