Mundo de ficçãoIniciar sessãoEnzo no soltó el teléfono después de que Claudia se fue. Sus dedos ya estaban marcando antes de que la puerta terminara de cerrarse, el número de Morales memorizado después de semanas de crisis.
Eran las once cuarenta y siete de la noche. Domingo convirtiéndose en lunes. Y en menos de doce horas, alguien intentaría matar a su hijo.
—Morales. —La voz respondió al segundo timbrazo, alerta inmediata—. ¿Señor Costa?
—Sexto sicario. —Enzo no perdió tiempo con preliminares—. Activado mañana once de la mañana. Objetivo: Lorenzo. Claudia acaba de darnos la información.
El silencio del otro lado duró exactamente dos segund







