La voz de Morales crepitó por el radio con una urgencia que cortaba a través del caos controlado de la escena post-operación.

—Todos los equipos, busquen al señor Costa. Último visual hace diez minutos, perímetro sur. Repito: localicen al señor Costa.

Valeria apenas registró las palabras. Un paramédico estaba limpiando su nariz rota con una eficiencia que dolía, mientras otro preparaba suturas para su hombro. Lorenzo estaba sentado en el sofá donde había estado inconsciente minutos antes, ahora envuelto en una manta térmica de emergencia que lo hacía parecer más pequeño de lo que ya era.