Mundo de ficçãoIniciar sessãoMorales cerró su tablet después de reproducir el video de Isabella. El silencio en la suite del Palacio era tan denso que Valeria podía escuchar su propio pulso martillando en sus oídos. En la pantalla oscura quedaba congelada la última imagen: Isabella atada, golpeada, y Vincenzo en las sombras con esa sonrisa que prometía muerte.
—No vas. —La voz de Enzo cortó el silencio como un cuchillo—. Es una trampa obvia.
Valeria no se movió, sus ojos todavía fijos donde había estado el video. —Si no voy, Isabella muere. Y después de eso, Vincenzo dijo que comenzaría con los niños de todos modos. Así que vaya o no vaya, todos mueren.
—Entonces encontramos otra forma. —Enzo se







