Mundo ficciónIniciar sesiónEl aire acondicionado de la oficina parecía no funcionar ese día, o al menos esa era la sensación que tenía Valeria mientras intentaba concentrarse en los documentos frente a ella. La verdadera razón de su calor corporal tenía nombre y apellido, y en ese preciso momento, se encontraba a escasos metros de distancia, revisando unos contratos con aparente indiferencia.
Enzo había cambiado su estrategia. Ya no era el hombre que esperaba pacientemente a que ella cediera. Ahora era un depredador que había decidido acorralar a su presa con movimientos calculados y precisos.
—Necesito que revises estos informes —dijo él, acercándose a su escritorio con paso decidido.
Valeria levantó la mirada, encontrándose con esos ojos que parecían desnudarla sin pudor alguno.
—Los tendrás en







