El vicepresidente seguía intentando poner aún más nerviosa a Lourdes. Él no se alegraba de los motivos de su prolongada soltería, pero creía que al tener una abstinencia tan larga sería aún mejor y más placentero llevarla a la cama. Su tamaño, del cual estaba muy orgulloso, sería imposible que no la complaciera y la dejara anhelante de más.
-Kenton, ¿Te dije que conseguí el Ferrari para mí colección miniatura?- Le dijo a su amigo que lo miró extrañado
-¿El que buscaste por meses?- Preguntó
-Ese mismo. Tengo todos los coleccionables de Ferrari- Dijo orgulloso mirando de reojo a Dylan
-¿Coleccionas autitos?- El niño se interesó y él internamente sonrió
-Desde hace años. Tengo una colección bastante grande, ¿Te gustaría verla?- Lourdes lo pellizcó justo en la pierna y él la detuvo de inmediato
-¿Puedo ir?- A Dylan le brillaban sus ojos de emoción
-Tengo una habitación con algunas pistas. Te las mostraré, ¿Te gustaría ir mañana? Yo paso a recogerlos y los invito a cena