Cuando terminaron de hacer el amor, Kenton se puso de lado en la cama y apoyó su mano en la cadera de su esposa. Habían pasado algunos minutos en silencio para recuperar el aliento, pero Esmeralda se había mantenido callada aún después.
-¿Es cierto lo que me dijiste?- Rompió el silencio expectante
-Fui a decírtelo, quería comer contigo ese día... pero bueno, fui yo quien acabó sorprendida- Kenton comprendió absolutamente todo y tomó una larga respiración antes de hablar
-¿Me perdonas? Jamás quise que esto sucediera, pero en realidad no estoy muy arrepentido porque tenemos un hijo precioso por mi culpa- Esmeralda sonrió pensando en las primeras sonrisas de su hijo
-Yo también debí tomar precauciones, pero confie ciegamente en ti. Creo que los dos cometimos errores. Mi intención es que dejemos esto en el pasado y empecemos desde aquí- Se sinceró por completo
-Nada me haría más feliz que eso. No más contratos semanales- Esmeralda sonrió y luego se quedó pensativa
-Tenemo