Decir que tengo las palabras necesarias para responder, sería mentirme. Porque nos movemos tantas veces que terminamos con muchos orgasmos que nos dejan completamente agotados en las sillas de un auto que huele a puro sexo.
— No sabes cuanto te extrañaba, mi querida mujer.— ¿Ahora o cuando recuperaste los recuerdos? — pregunto curiosa.— Bueno, siempre ha sido así, es solo que han pasado muchas cosas y por eso, te he extrañado de varias formas. — dice Eydran sonriéndome.— Deberías estar hospitalizado o revisando tus heridas. — digo y él sonríe.— Estoy bien, cariño. No te preocupes. — dice Eydran mientras las heridas en su cuerpo me dicen que las cosas no son tan fáciles como nos gustarían.Aunque me preocupa la sangre que ha derramado mientras tuvimos sexo, no puedo ser hipócrita y decir que me arrepiento de