Massimo llegó al apartamento de Diana, ya eran pasadas las 10:00 pm, era obvio que ella ya estaría dormida, pero por más que intento, sus pendientes lo fueron retrasando y al final prefirió llegar tarde a no llegar. El hombre tocó el timbre con duda, las luces ya se encontraban apagadas, él imaginó que Diana ya estaría dormida, así que solo toco una vez más, al ver que no salía, estaba por marcharse, cuando escucho cómo se abría la puerta.
— Massimo… — Dijo una somnolienta Diana.
— Hola… Perdón… Intente hacer lo posible por llegar antes…
— No te preocupes, ya estaba dormida…
— ¡Oh! Si gustas lo pasamos para otro día…
— Anda, pasa… Ya estás aquí…
— ¿Estás segura?
— Si… Vamos… — Dijo Diana estirándose como gato.
— Bien, no quería despertarte.
— Hoy fue un día largo y cansado, cuando vi que no llegarías preferí tomar un baño e ir a dormir, ya había dormido al menos una hora. ¿Cómo te fue hoy?
— Bien, fui a ver a mi hermano, él es quien me preocupa, sé que recuperar sus recuerdos lo está m