Estimadas lectoras y lectores Paloma es una buena hija muy a pesar de que Massimo no ha estado con ella, pero, ella entiende poque su padre se mantiene alejado de ella.
Massimo lucía angustiado, no podía dejar de pensar en aquello, de solo imaginar que su hijo se fuese de su lado, se le partía el corazón.- Debo hablar con Luciano y Laura… - Dijo Massimo lo que pensaba.- ¿Luciano? ¿Qué no él…? ¿Estaba desaparecido? – Dijo Paloma con sorpresa.De pronto, imágenes de lo sucedido cuando lo conoció le llegaron de pronto y sintió un escalofrío recorrerle.- Lo he localizado y sé que es una sorpresa para ti, no te preocupes, él no se va a acercar a ti, él sabe que ha hecho mucho daño y que las cosas que hizo no fueron correctas, solo quiere ver a sus hermanos.Sé que te hizo daño, no lo disculpo, es solo que, bajo las peores influencias, uno puede cometer muchos errores. – Dijo Massimo al ver la impresión de Paloma.Massimo había conversado muy brevemente sobre Paloma con Luciano, su hijo le había dejado claro que no pretendía tener un acercamiento con ella. Comprendía los errores que había cometido y sabía que era demasiado hipócrita querer acercarse a al
Mientras Massimo hablaba con Paloma, una idea le llegó a su mente. - Bueno, ya no te quiero agobiar más con mi vida, quiero que me acompañes a un lugar… - Dijo Massimo levantándose de la banca.- ¿Cuál? - Preguntó Paloma, intrigada.- Mi antigua casa…- ¿En la que vivías antes de que saliera lo de Leonardo…?- ¡Efectivamente…! ¡Hay algo que te quiero dar…!- ¿A mí? ¿Por qué? - Preguntó Paloma, intrigada.- Por tu boda, en esa casa hay algunas cosas que quisiera que tuvieras…- ¡Wow! ¡No tienes que hacerlo! Con tu presencia ese día, es más que suficiente…- ¡Anda! Vamos a casa, son cosas que quiero que sean para ti, Laura y las niñas.- ¡Bien! Si eso es lo que quieres hacer, adelante, pero ¿Acaso Laura no debería estar aquí?- Mmm… Ella ahora está un poco ocupada, pero sé que ella estará feliz de que tú tengas algunas de las cosas que te voy a dar.- Bien, si ella estaría de acuerdo, no le veo el problema.Minutos después, estaban llegando a la antigua casa de Massimo; para él, aquella
Massimo y Paloma recogieron todo aquel botín. Paloma, a regañadientes, aceptó las joyas que su padre le entrego, después de ello, Massimo tomo la caja y salieron de la habitación.- Así que, ¿aquí vivió mamá cuando era joven? – Dijo Paloma observando aquel lugar.- Sí… En realidad, este siempre fue mi hogar, aquí vivía desde niño. – Dijo Massimo con nostalgia.- ¡Vaya! Sí que es enorme esta casa, oye, Massimo, pero ¿Acaso esta casa no se las habían embargado?- Sí, pero legalmente le pertenece a Laura… - Dijo Massimo tranquilamente.- ¿Cómo?- Leonardo, no sé cómo, pero movió esta y la casa de Caterina a nombre de Laura, por lo que, legalmente, esta y la casa de Caterina le pertenece a Laura.- ¿Ella lo sabe?- No, aún no… Quiero que pasando tu boda hagamos varios cambios, pero no quiero que ninguno afecte tu gran día… - Dijo abrazando a su hija.- ¡Gracias!- ¿Por? – preguntó Massimo, intrigado.- Por esto, por pensar en mí, por pensar en mi felicidad, sé que no hemos estado muchos añ
Eran las 7:00 pm, Massimo aparcaba su camioneta frente a la casa de Valeria y Marco, ayudó a bajar a su hija. Ella llevaba la urna con las cenizas de su bisabuelo, las agarraba como si su vida dependiera de ello.- Anda, vamos, te llevo, no quiero que te regañen por mi culpa. – Dijo Massimo como si de una niña chiquita se tratase.Paloma tomó la mano de su padre; para ella, eran pocas las interacciones, pero esas pocas, le alegraban el día. Massimo, de cierta manera, había puesto un muro, él sabía que no podía pedir mucho, ella era su hija, pero estaba claro todo lo que sucedió.Al igual que con Luciano, él dejaría que el tiempo, solo el tiempo, pudiese recuperar algo de lo que él perdió.- Señorita Paloma, sus padres la andan buscando como locos… - Dijo la chica de servicio.- ¡Oh! ¿Pero no me han llamado? – Dijo Paloma desconcertada.- Sí… Pero no responde el móvil… - Dijo la chica mientras la veía entrar de la mano de su padre.- ¡Hija! ¡Hija! ¡Por Dios! ¿Dónde has andado? ¿Te hemos
Luego de la escena que se generó, llegó Aldo a casa de los Barzinni todo preocupado. Al encontrar a su esposa sentada en la sala con sus padres, por fin pudo respirar. Paloma le abrazó, se disculpó y explicó lo que había sucedido. Ella se tomó el tiempo para contar la historia de su día y lo culpable que se sintió de haberlos hecho preocuparse.Si bien Massimo había tomado tiempo para llegar a casa, ella también se había olvidado por completo avisarle a su familia con quien se encontraba. Esa noche, Aldo se quedó en casa de los Barzinni, algo extraño, ya que Marco no siempre tenía buena cara, pero en esta ocasión debía admitir que Paloma lo necesitaba.Una vez que Paloma y Aldo se retiraron a su habitación y que todos fueron a la cama, Valeria en su habitación se sentó frente a su tocador, miraba con cariño las cenizas de su abuelo, no pudo evitar llorar.Habían tenido que pasar 21 años para que por fin pudiera tener las cenizas de su abuelo; ella sabía que Caterina las tenía. Luego,
--- Habitación de Paloma ---- Trata de calmarte, Paloma, no es bueno que llores por él bebe, sé que estás sentimental, pero necesitas relajarte, ya todo pasó. Mañana hablas con Massimo, si así lo sientes, mañana hablas con él…Massimo es un buen hombre y sé que sabe perfecto que tus padres no actuaron de mala fe, solo estaban preocupados. Imagínate, hablé con mi padre y él mismo, también se le salieron algunas maldiciones para su hermano.- Aldo… Es solo que, me sentí mal por él. En este momento está atravesando por una mala situación y la idea de vernos era para tratar de tranquilizarlo, pero ahora, solo lo hice sentir peor. – Dijo Paloma pensando en lo que le había comentado por la tarde.- ¿Qué sucede con mi tío? Yo creo que sea, lo que sea que le esté ocurriendo, es un tema de él y es algo que no debes cargar tú.- Sé que entre los dos no hay secretos y te voy a decir lo que sucede con él… Massimo estaba un poco intranquilo la tarde de hoy, me llamo y quería platicar, supongo que
--- Casa de la familia D'Angelo ---Massimo condujo hasta su casa luego de dejar a su hija en su hogar, estaba agotado, solo llegó, dejó el auto en la entrada, su padre lo observó desde el salón, notó que el hombre lucía estresado o un tanto molesto.- Massimo… - Le llamo desde el salón.- Hola, papá, ¿Qué sucede? – Dijo midiendo el tono de su voz.- Eso es lo que yo te iba a preguntar… Veo que no vienes del todo bien… ¿Qué traes entre manos? - preguntó Magnus de manera tranquila.- ¡Ah, esto! Son cosas que voy a repartir entre las niñas de la familia Pellegrini y D’Angelo. – Dijo Massimo acercándose a su padre y saludándole.- Ven, vamos al estudio, quiero platicar contigo… - Dijo Magnus al ver que su hijo no le estaba diciendo toda la verdad.Massimo y Magnus llegaron al estudio, se encerraron, el padre le sirvió un trago a su hijo, él se sirvió uno y dijo:- Creo que necesitas esto…- ¿Tan mal me veo? - Preguntó Massimo sosteniendo el trago y tomándolo de un solo sorbo.- Un poco… ¿
--- Habitación de Luciano ---En la habitación donde Luciano estaría quedándose, efectivamente una Almendra le acompañaba y lo incitaba a hacer cosas que el joven de repente creía que no debía. Esto debido a que eran sus primeros días en casa de aquel abuelo que solo vio unos segundos.El joven no quería quedar como un adolescente calenturiento con su novia, como si fuesen unos delincuentes. Pero Almendra era una chica que lo incitaba a ser un poco menos serio y más relajado.- Por favor, no hagas ruido… - Dijo Luciano un tanto asustado.- ¿Crees que, en esta enorme casa, con estos muros de castillo, van a escuchar lo que hacemos? – Respondió Almendra, sonriente y tocando partes del joven que solo lo llevaba a querer hacer algo no tan propio.- Aún no sabemos cómo son las reglas aquí…- Señorito Luciano, según tú, sigues las reglas, crees que no podemos hacer nada y te recuerdo que quien envió el mensaje fuiste tú…- Sí, pero solo quería dormir contigo, abrazados… - Dijo Luciano tratan