Massimo se volvió a sentar, miró la cantidad de vestidos expuestos ahí y se perdió en dos imágenes; Su hija Laura, ¿Algún día vivirá esto? ¿Algún día se casará? Y luego Diana, él se recriminó el hecho de que Diana siempre estaba ahí, para él, pero él, ¿Realmente estaba para ella? Aún no fijaban fecha para casarse, pero ambos ya daban por sentado que eran una pareja.
Le incomodaba pensar en el hecho de no poner atención en esos detalles, además de que aún sentía culpa por no poder darle hijos a esa mujer. Ella decía que no quería, pero era obvio que se trataba de una mentira, solo bastaba con verla con las hijas de Pietro.
Diana llevaba esta semana fuera del país, tuvo que viajar a Japón por negocios, Massimo la quería acompañar; sin embargo, al surgir lo de Luciano, él no podía fallar y ambos tuvieron que hacer un cambio de planes de última hora.
Su actual pareja llegaría mañana, justo antes de la boda, todo lo había planeado así, para que, si surgía algún contratiempo, tuviera un día