- Antonio Moretti es una buena persona… Me cuesta aceptarlo, sus métodos son muy poco ortodoxos, pero sé que es buena persona. Su esposa, Ángela, le hace honor a su nombre, ella es un ángel, ha cuidado bien de mí, me ha adoptado como un hermano, ella es una buena mujer. – Dijo Luciano sinceramente.
- ¡Lo sé! Sin ella yo no estaría aquí… Supongo que la vida la puso en tu camino para que conocieras lo que es tener una persona cuerda en la vida. – Dijo Massimo de forma tan sería que no pareciera una broma.
- ¿Qué hacemos ahora, Massimo? – Preguntó Luciano sin saber qué más hacer o decir.
Sin esperarlo, Massimo volvió a envolver a su hijo con un abrazo y dijo:
- Haremos lo que tú quieras hacer, yo no voy a imponerte nada, tú sabrás en qué momento nos quieres visitar. Claro, debe ser en el tiempo que tengas libre de la escuela y es verdad, no quiero que sigas descuidando esa parte de tu vida. ¿Sabías que Laura está estudiando a distancia? – Dijo Massimo en forma apacible.
- Finalmente, ¿Qué