Valeria permaneció en su habitación pensando en la conversación que había tenido con Camila, ella no había pensado que su cambio fuera notorio, en su mente solo estaba la idea de que estaba viendo a Pietro. Valeria sintió un gran remordimiento, no era posible que ella le estuviera provocando tal dolor a Marco, él no merecía esa actitud, básicamente le había estado ignorando todo el camino a casa y aquel hombre, con una asombrosa paciencia, solo le cuidaba y mimaba.
Ella se levantó de la cama y fue a buscar a Marco a su estudio, era momento de hablar, sabía que sería una dolorosa o penosa conversación, aunque no esperaba que su esposo no estuviera solo. Ella normalmente acostumbrada a tocar la puerta, hoy estaba distraída y no lo hizo, lo que provoco que al entrar viera cómo Camila abrazaba a Marco y este, realmente se veía afectado, ella sintió una punzada en el pecho, una profunda y dolorosa punzada.
— Marco… Yo… — Dijo Valeria con los ojos llenos de lágrimas.
Camila soltó el abraz