Massimo ese mismo día salió directo para la oficina donde sabía que encontraría al juez Moretti, después de saber el resultado de su búsqueda, no podía dejar pasar más tiempo sin tener respuestas, por un lado, estaba Alessia Amato y su estancia en Francia, por otro, que era lo más importante, era la ubicación y relación entre su hijo Luciano y Antonio Moretti.
Al llegar a su oficina se anunció con su secretaria, ella le comentó que el juez no podría atenderlo, pero una vez que vio la insistencia del hombre, tuvo que entrar en la oficina del juez, este a su vez, puso los ojos en blanco, ya que el hecho de tener a Massimo D’Angelo fuera de su oficina, solo significaba dos cosas, le reclamaría sobre la muerte de Leonardo Pellegrini o le preguntaría sobre su hijo, aunque se inclinaba más por lo segundo.
- Señor, ¿El señor D’Angelo no parece ser que quiera irse? Dice que es importante hablar con usted… - Dijo la secretaria, apenada por no poder deshacerse del hombre que estaba fuera.
Antoni