Massimo se encontraba sentado en el sofá que estaba en la habitación de Pietro, Diana se había ido a casa, ella debía descansar y trabajar al día siguiente. Cuando Pietro despertó, Massimo rápidamente se acercó.
— Massimo… ¿Qué hago aquí?
— Pietro, te pusiste mal en casa y te trajimos al hospital…
— Otra vez, mi maldito dolor de cabeza, ¿verdad? – dijo Pietro con frustración.
— Si… Pietro…
— ¿Ya te dijeron lo que tengo?
— Si y me preocupas Pietro…
— ¡Estoy bien! Es solo que el Dr. Wagner suele exagerar las cosas.
— No seas testarudo, necesitas recibir atención psicológica y la…
— ¡No! No me siento preparado nuevamente para pasar por eso…
— Pietro, ¡No es opción, debes operarte…!
— Tú no sabes todo por lo que pase…
— ¡No lo sé! Pero ahora estoy aquí y puedo ayudarte, esta vez. ¡No estás solo, hermano…! ¡Déjame cuidarte…! Sé que en el pasado no lo pude hacer, pero ahora definitivamente no quitaré el dedo del renglón.
— ¿Qué va a suceder con Guadalupe?
— ¡Ella está bien! Ella tiene a pers